Nunca en la historia del país el sector había ingresado un monto de divisas de la magnitud del aportado en 2022. Los números indican que entre 2016 y 2020 el campo y su industria derivada trajeron al país ingresos en torno de los u$s 20-23 mil millones anuales. Ese cometido alcanzó en 2021 a unos u$s 33 mil millones y en 2022 se estima que serán alrededor de u$s 40 mil millones. En la Argentina volvió a desperdiciarse una oportunidad invalorable. La avalancha de divisas se pierde en la imprevisión, la falta de planes y el clientelismo. Qué quedó de todo eso?? Los especialistas aseguran que la pérdida patrimonial del BCRA como resultado del último dólar soja “bordeó los $53 mil millones por comprar caro (a $230) y vender a los importadores al precio oficial (a $170). La emisión total fue descomunal, más de $1 billón en el mes”. Y por delante genera temor pensar que el ingreso de dólares por exportaciones del agro va a ser muy distinto en este 2023. Porque casi no hay trigo ni maíz temprano, y la soja está en la cuerda floja.
