China impondrá un arancel de 10 por ciento a productos estadounidenses que fueron designados anteriormente para encarar tasas del 20 y 25 por ciento, lo que significa unos 60.000 millones de dólares. Las nuevas medidas arancelarias entrarán en vigor en la misma fecha en que el Gobierno de Estados planea empezar a aplicar los nuevos gravámenes de 10 por ciento a productos chinos por un valor de 200.000 millones de dólares. Las medidas en represalia constituyen la más reciente escalada de una guerra comercial cada vez más perjudicial entre las dos mayores economías del mundo.
