Por las malas condiciones hídricas en que se está desarrollando la siembra de trigo, indican que aún falta sembrar un 30% de la superficie intencionada y que hasta ahora se preveía un ajuste de 15% en la superficie, respecto al año pasado. Ahora, la preocupación es que esta caída podría elevarse hasta el 40%, lo que significa descontar más hectáreas de las 6,2 millones proyectadas para el presente ciclo. La sequía impacta en toda la Región Pampeana, incluyendo a Buenos Aires, donde es raro tener una campaña en la que afecte. Osea que ya estamos hablando de una sequía con mayúsculas.