De acuerdo con la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), el ingreso de animales livianos a los corrales de encierre sigue por debajo del 60%. Al no haber suficiente disponibilidad de terneros, los engordadores deben pagar valores por los animales livianos que luego no pueden recuperar. Los números son por demás elocuentes: mientras que un kilo de carne producido a pasto no supera los $120, de acuerdo con los cálculos de analistas privados, en maíz la ecuación se dispara entre $220 y $300 por kilo.
