En abril de 2022, la ganadería presenta los precios para la hacienda más altos de los últimos 10 años. Sin embargo, las empresas no viven de los precios, sino que de los resultados económicos. En este punto aparecen en escena los costos, con cotizaciones en alza durante los últimos meses. Así, los precios relativos de la ganadería se ven afectados por cuestiones propias de la actividad, así como también por otros factores externos. A partir de estas relaciones entre ingresos y gastos poco favorables para el invernador intensivo, sobre todo cuando se mide el precio de su producto contra el maíz y el ternero, muchos productores se están inclinando por esquemas pastoriles, más extensivos que en campañas anteriores. Los novillitos livianos para consumo provenientes de feedlot siguen generando números en rojo con los actuales valores del maíz y del ternero. Quienes vendieron en febrero-marzo los animales comprados en noviembre-diciembre tuvieron un resultado positivo por la inflación, pero iniciar un nuevo ciclo de encierre implica aceptar de antemano una pérdida de 11.000 pesos por cabeza.
